Los diálogos en una
novela son, desde mi punto de vista, una de las partes más importantes de la
narración porque hacen fluir la historia con facilidad y naturalidad y sirven
para modular el ritmo al gusto del autor, haciéndolo fluir rápidamente o bien relentizándolo
o, incluso, deteniéndolo.
En el dialogo narrativo
todo debe parecer real, resultar creíble, o, incluso mejor que eso, diría, ser
real según los parámetros del mundo imaginario que el autor ha creado. El autor
crea un mundo, más o menos próximo al real, e impone las reglas de ese mundo, y
todo resultará creíble y real para el lector siempre que no se violen dichas
reglas
En textos narrativos, la
raya se utiliza también para introducir o enmarcar los comentarios y
precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes. En este uso
debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) No se escribe raya de cierre si
tras el comentario del narrador no sigue hablando inmediatamente el personaje: Por ejemplo: —Espero que todo salga
bien —dijo Azucena con gesto
ilusionado. / A la mañana siguiente, Azucena se levantó nerviosa.
b) Se escriben dos rayas, una de
apertura y otra de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la
intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después: Por ejemplo: —Lo principal es sentirse
viva —añadió Pilar—. Afortunada o desafortunada, pero viva.
c) Cuando el comentario o
aclaración del narrador va introducido por un verbo de habla (decir, añadir, asegurar, preguntar, exclamar, reponer, etc.),
su intervención se inicia en minúscula, aunque venga precedida de un signo de
puntuación que tenga valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o
de exclamación: Por ejemplo: — ¡Qué le vamos a hacer! —Exclamó resignada doña Patro (Y no) — ¡qué le vamos a hacer! —exclamó resignada doña Patro.
Si la intervención del personaje continúa tras las
palabras del narrador, el signo de puntuación que corresponda al enunciado
interrumpido se debe colocar tras la raya que cierra el inciso del narrador: Por ejemplo: —Está bien —dijo Carlos—; lo haré, pero que sea la
última vez que me lo pides.
d) Cuando el comentario del
narrador no se introduce con un verbo de habla, las palabras del personaje
deben cerrarse con punto y el inciso del narrador debe iniciarse con mayúscula:
Por ejemplo: —No se moleste. —Cerró
la puerta y salió de mala gana. Si tras el comentario
del narrador continúa el parlamento del personaje, el punto que marca el fin
del inciso narrativo se escribe tras la raya de cierre: Por ejemplo: —¿Puedo irme ya? —Se puso en pie con gesto decidido—. No hace falta que me acompañe. Conozco el camino.
e) Si el signo de puntuación que
hay que poner tras el inciso del narrador son los dos puntos, estos se escriben
también tras la raya de cierre: Por ejemplo: —Anoche estuve en una
fiesta —me confesó, y añadió—: Conocí a personas muy interesantes.
Dinora Estefania Paiz Hernandez
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